Monedas dentro de monedas

LAS monedas bimetálicas, por su estructura característica de un anillo y un núcleo, permiten incluir en sus diseños monedas antiguas, a modo de conmemoración numismática. Un ejemplo característico (y pionero en este tipo de diseños) es la moneda de 1 peso de Argentina que apareció en 1994 y se acuñó, intermitentemente, hasta 2016. En el núcleo de la moneda se encuentra una reproducción de la primera moneda patria de las Provincias Unidas del Río de la Plata, 8 Escudos de oro de 1813 acuñada en Potosí. Esta pieza está reproducida tanto en el anverso y en el reverso en el núcleo de bronce de aluminio (el anillo es de cuproníquel), aunque en un tamaño mucho más pequeño (la moneda tiene un diámetro de 23 mm, por lo que el núcleo es aún menor) que el original (35,3 mm), lo cual no evitó que hubiera mucha confusión entre inexpertos y gente nada familiarizada con la numismática al encontrarse con el núcleo suelto (sin el anillo). Esta moneda tiene dos curiosidades: es la única que se emitió como moneda circulante no conmemorativa (y solo hay otra pieza que se acuñó para circular), y el anverso de la moneda de un peso muestra en su núcleo el reverso de la moneda de 8 Escudos y viceversa.

La tradición australiana en monedas bimetálicas se concentra en monedas de colección y algunas de ellas se han dedicado a homenajear a otras monedas. Es el caso de la moneda de 100 dólares australianos dedicada al centenario del soberano de la ceca de Perth. En el reverso de esta pieza de anillo de plata y núcleo de oro se puede ver en el interior del núcleo una reproducción del reverso del soberano con la imagen de San Jorge batiendo al dragón. El anverso, sin embargo, muestra la efigie de la reina Isabel II del Reino Unido. El diámetro de la pieza es de 32,1 mm, pesa 13 gramos, tiene el canto estriado y el reverso medalla.

A diferencia de la moneda anterior, la pieza que homenajea al último penique australiano se reproduce tanto en anverso y reverso del núcleo de una moneda de 1 dólar, con anillo de plata y núcleo de cobre. Esta pieza, a mi entender, está mucho mejor lograda que la anterior. En el anillo se pueden ver los diferentes anversos y otro reverso de este valor facial utilizado entre 1911 y 1964. En el anverso, el anillo reproduce al nombre del país, el valor facial, el nombre y una pequeña efigie actualizada (que contrasta con la efigie joven de la reina que apareció en el último penique). La pieza tiene un diámetro de 50mm, un peso de 56,23 gramos, canto estriado y reverso medalla.

Este año se anunció una moneda de 75 dólares en homenaje a la Libra de Adelaida. Esta fue la primera moneda de oro acuñada en Australia ante la necesidad de moneda circulante debido a que, por la fiebre del oro en Victoria que mudó a la gran mayoría de hombres hacia esa zona, se habían quedado sin monedas. El anillo es de plata y el núcleo de oro. Al igual que en la pieza dedicada al último penique, se reproducirán ambas caras de la moneda original.

En 2015 Sudáfrica emitió una moneda de 5 Rand conmemorando los 200 años de la que se considera la primera moneda sudafricana, aunque no con el mismo tipo de diseño que las monedas que venimos viendo. La homenajeada es una moneda de IIIII pence acuñada en plata en Griquatown, un establecimiento de colonos ingleses creado por un miembro de la London Missionary Society (iglesia congregacional) en 1805. Esta iglesia introdujo moneda circulante en 1815 debido al crecimiento del pueblo. La particularidad del diseño de esta pieza es que ambas caras están en el reverso de la moneda: el anverso con el símbolo de la LMS (la paloma con las alas extendidas y la rama de olivo en el pico) y el reverso con el valor facial. La moneda de 5 Rand tiene el anillo de cuproníquel, el núcleo de latón, 26 mm de diámetro, 9,6 gramos, reverso medalla y un canto con estrías y un espacio al medio con la leyenda “SARB R5” (Banco de Reserva de Sudáfrica -por sus siglas en inglés- y el valor facial).

Las joyas de este artículo son, sin duda, las piezas de la serie dedicada a la herencia numismática de México. Este país se destaca por tener uno de los conos monetarios bimetálicos más bellos y por sus diseños siempre cuidados. Esta serie, que consta de tres partes, no es la excepción. Está dedicada a monedas acuñadas en varias cecas mexicanas desde tiempos coloniales en el siglo XVI hasta la amonedación contemporánea del siglo XX. Todas las piezas tienen el valor facial de 100 pesos mexicanos, un anillo de bronce de aluminio y un núcleo de plata .925, un diámetro de 39 milímetros, un peso de 33,967 gramos, canto estriado discontinuo y reverso moneda. El anverso común a todas las piezas lleva el escudo nacional y la leyenda «Estados Unidos Mexicanos». En el anillo de los reversos está la leyenda «Herencia numismática de México», el símbolo de la Casa de Moneda de México, el valor facial y el año de emisión. Las piezas se emitieron en cuatro tandas.

La primera corresponde a un columnario de la época de Felipe V: 8 reales de 1732 acuñados en plata en la ceca de México.

La segunda se trata de homenajear la efigie de Carlos III en otra pieza de 8 reales de 1873, acuñada en plata en la ceca de México.

La tercera está dedicada a la que se considera la primera moneda mexicana, acuñada en tiempos de José María Morelos y Pavón, artífice de la segunda etapa de la guerra de independencia mexicana. La moneda tenía por objetivo aliviar la falta de circulante, con la promesa de ser cambiadas por monedas de plata y oro al terminar la guerra. La pieza es de 8 reales acuñada en cobre en 1814.

La cuarta corresponde a la primera serie de la naciente República Mexicana: 8 reales de 1824, acuñados en plata en la ceca de Durango, y los cuños fueron grabados por José Guerrero.

La quinta corresponde al peso caballito, moneda conmemorativa del centenario del inicio de la lucha por la independencia. La pieza es 1 peso de 1914, acuñada en plata en la ceca de México.

La sexta es un homenaje al peso de bolita, moneda acuñada por los villistas durante la Revolución Mexicana. Es una moneda de un peso de 1913 acuñada en plata.

La séptima es muy particular, ya que se trata de una moneda resellada. Es una pieza de la época de Carlos III, 8 reales de 1804 acuñados en plata en ceca de México, con los resellados de chops (China) y de Filipinas. Las monedas de plata mexicanas tenían gran aceptación en oriente (así como las piezas potosinas en Brasil) y eran reselladas para distinguirlas de las numerosas piezas falsas que se acuñaban en oriente.

La octava es una macuquina (acuñada de manera manual a golpe de martillo) de la época de Felipe III: 8 reales de 1608, acuñados en plata en la ceca de México.

La novena es una moneda provisional realista acuñada en Zacatecas, debido a que era difícil llevar los metales a la ciudad de México para hacer las acuñaciones allí. Se trata de una pieza de 8 reales de 1811. Su característica más llamativa son las iniciales LVO: Labor Vincint Omnia, el trabajo lo vence todo.

La décima corresponde a una moneda del Segundo Imperio, cuando se impuso el sistema decimal. Tiene la imagen de Maximiliano de Habsburgo, y corresponde a una moneda de 1 peso de 1866, acuñada en plata en la ceca de México. (La moneda de la imagen de más abajo es una de 20 pesos de oro del mismo año, de ahí que se la vea dorada).

La undécima corresponde a las monedas acuñadas tras la constitución de la República Mexicana en 1823. Se decidió que las piezas de oro llevaran en su reverso una mano sosteniendo un gorro frigio sobre un código abierto con la palabra «Ley». La moneda homenajeada es de 8 escudos de 1828, acuñada en oro en la ceca de México.

La duodécima es una moneda conmemorativa por la inauguración del Ferrocarril del Sureste. Es una pieza de 5 pesos de 1950, acuñada en plata en la ceca de México.

La decimotercera corresponde a una moneda zapatista de Suriana, para compensar la falta de circulante durante la Revolución. Es una pieza con un diseño típicamente zapatista: volcán humeante, montañas y un sol resplandeciente. La pieza homenajeada es 2 pesos de 1915, acuñada en plata en la ceca de Guerrero.

La decimocuarta es un homenaje a las primeras monedas acuñadas en México a partir de 1536. Las piezas son conocidas como de Carlos y Juana, quienes eran los reyes de la época (Juana I de Castilla y Carlos I de España -V de Alemania-). También se acuñarían durante el reinado de Felipe II. Tienen la particularidad de expresar el valor facial con puntos. La pieza es de 3 reales, sin fecha, acuñada en plata en la ceca de México.

La decimoquinta corresponde a una moneda de balanza. En 1857 los liberales hicieron el primer intento de imponer el sistema métrico decimal. Se acuñaron estas piezas con la alegoría del sistema republicano en la que se representan la espada (ejecutivo), el código abierto (legislativo) y la balanza (judicial). La moneda es de 1 peso sin fecha, acuñada en plata en la ceca de Zacatecas.

La decimosexta es otra pieza resellada con chops (China), pero ya de la época republicana. Corresponde a una moneda de 8 reales, sin fecha, acuñada en plata en la ceca de Chihuahua.

La decimoséptima es una moneda insurgente de la Suprema Junta Gubernativa de América. Se trata de una pieza acuñada a nombre de Fernando VII (preso por los franceses) para aliviar la escasez de circulante. Es una moneda de 8 reales de 1811 acuñada en plata.

La decimoctava es una moneda del primer imperio con la efigie de Agustín de Iturbide. La pieza homenajeada es de 8 escudos de 1822, acuñada en oro en la ceca de México.

La decimonovena pieza, ya de la última tanda de la serie, corresponde a una moneda villista con la leyenda «Muera Hierta» (por Victoriano Huerta). Se trata de la variante más rara de estas monedas, ya que ostenta seis estrellas. Se trata de una pieza de 1 peso de 1814, acuñada en plata en la ceca de Durango.

La vigésima corresponde a una moneda conocida como pelucona, por las pelucas que lucían en las efigies los reyes Felipe V y Fernando VI. Se trata de una pieza de 8 escudos de 1748, acuñada en oro en la ceca de México.

La vigésimo primera es una moneda del Estado de Oaxaca. Éste declaró su independencia ante la inestabilidad política del país en 1915. En ese momento acuñó monedas con la efigie de Benito Juárez, entre las cuales se encuentra la emblemática, y aquí homenajeada, moneda de 60 pesos de 1916 acuñada en oro.

La vigésimo segunda también es de Oaxaca pero de un siglo antes. Corresponde a una moneda del gobierno provisional realista ya durante la guerra de independencia. Es una pieza de 8 reales de 1812 acuñada en plata.

La vigésimo tercera es una moneda virreinal con una contramarca de la Guayana Inglesa. Se trata de una perforación y de un resello con el nuevo valor (tres guilders). Lo extraído se utilizaba para otra pieza de menor denominación (3 bits). La moneda homenajeada es de la época de Carlos IV, 8 reales de 1806 acuñada en plata.

La última moneda de esta hermosa serie está dedicada a homenajear a los cuartillos de cobre que venían a solucionar el problema de la moneda fraccionaria. Se trata de 1/4 de real de 1834, acuñada en cobre en la ceca de México.

A mi entender, esta es una forma excelente de recuperar la tradición numismática, otro valor agregado de las monedas bimetálicas.

Fuentes:

  • All Coin Values
  • Banco de México
  • Colnect
  • Monedas-Bimetálicas, de José Luis Ramírez Monleón
  • Numista
  • The Perth Mint
  • World Bimetallic Coin News

Las lenguas de Sudáfrica

QUIENES hayan tenido la posibilidad de incluir alguna moneda de 5 Rands de Sudáfrica en su colección, se encontraron con una particularidad a la hora de su catalogación. Esta moneda, que se emite desde 2004, cambia todos los años. Esto se debe a que en el anverso, además del escudo del país y del año de emisión, se puede ver el nombre del país en dos idiomas que van cambiando cada año. Esta es una particularidad que hace de esta moneda un caso único entre las bimetálicas.

Sudáfrica es un país muy diverso en lo social, lo religioso y lo cultural. Esto se puede ver claramente en la cuestión lingüística, siendo el país con más lenguas oficiales del mundo con once:  zulú (isiZulu),  xhosa (isiXhosa), Afrikáans (Afrikaans),  sesoto sa leboa (Sesotho sa Leboa),  setsuana (Setswana),  inglés,  sesoto (Sesotho), tsonga (Xitsonga), suazi (siSwati),  venda (Tshivenda) y   ndebele del sur (isiNdebele). Además, son reconocidas otras ocho lenguas como idiomas nacionales a pesar de no ser lenguas oficiales.

Para poder incluir todas estas lenguas, se optó por ir rotando todos los años y así ir incluyéndolas a todas. En el anverso de la moneda se puede ver el Escudo de Sudáfrica ocupando todo el núcleo, con la frase «!KE E: /XARRA //KE» («Unidad en la diversidad»), mientras que en el anillo se encuentra el año de acuñación arriba y a los costados el nombre del país en dos idiomas diferentes. En 2004, para la primera emisión, se eligieron las lenguas tsonga y suazi. Esta moneda se volvió a acuñar igual en otro año, 2016, aunque la pieza de 2016 tiene las letras más grandes por lo que se podría considerar que es diferente a la de 2004. Sucede lo mismo con las piezas de 2006 y 2018. En el reverso se puede ver un ñu en el núcleo y el valor facial (5 Rand). En el anillo se pueden ver pequeñas marcas repetidas con las letras SARB (Banco de Reserva de Sudáfrica, por sus siglas en inglés). Algunas de las características de esta moneda responden a un problema de falsificación de la antigua moneda de 5 Rand. Se emitió en formato bimetálico con un anillo de cuproníquel y un núcleo de latón, 26 mm de diámetro, 9,5 gramos, un canto acanalado con estrías y la leyenda «SARB R5» repetida diez veces.

En los años siguientes las lenguas fueron rotando. Cada año se usaron dos lenguas, y en caso de emitirse moneda conmemorativa de 5 Rand compartían las mismas lenguas con la moneda circulante de ese año. A continuación, las lenguas usadas cada año:

  • 2004 y 2016: tsonga y suazi
  • 2005: tsonga e inglés
  • 2006 y 2018: inglés y setsuana
  • 2007: setsuana y sesoto
  • 2008: sesoto y afrikáans
  • 2009: afrikáans y xhosa
  • 2010: xhosa y zulú
  • 2011: zulú y ndebele
  • 2012: zulú y xhosa
  • 2013: ndebele y zulú
  • 2014: venda y ndebele
  • 2015: suazi y venda
  • 2017: inglés y tsonga
  • 2019: setsuana y sesoto
  • 2020: afrikáans y sesoto
*Las imágenes de las que no se cita fuente pertenecen a monedas de mi colección.

Fuentes: