Breve historia de las monedas bimetálicas

SI bien existen antecedentes en la antigua Roma, cuando hablamos de la historia de las monedas bimetálicas ponemos el punto de partida en Italia pero en 1982. El Istituto Poligrafico e Zecca dello Stato presentó ese año una pieza de 500 Liras acuñada sobre un cospel de dos partes encastradas: un anillo de acmonital (acero inoxidable hecho de hierro y cromo) y un núcleo de bronce (cobre y estaño).

Esta moneda se acuña en el mismo proceso en el que se encastran las dos partes. El anillo y el núcleo llegan separados y en el momento del golpe de los cuños quedan encastrados y la moneda queda lista.

Por los acuerdos entre Italia y los Estados de San Marino y Ciudad del Vaticano, también salieron monedas de 500 Liras ese mismo año para esos países.

Esto fue una verdadera revolución en el mundo de la numismática. Muy pronto otros países quisieron tener sus propias bimetálicas y el primer en país en encargarle a la Zecca dello Stato unas piezas bimetálicas fue Andorra, que emitió un par de series con valor facial de 2 Diners en 1984 con animales y en 1985 con motivos deportivos, aunque esas piezas, por las condiciones especiales de un Estado como Andorra, no fueron de circulación (sus emisiones son de 5.000 o 11.000 ejemplares).

En el año 1987, el Reino de Marruecos emitió -al parecer, sobre cospeles italianos- la primera pieza bimetálica de África. Fue una moneda de 5 Dirhams, que hoy ostenta el título de ser la pieza bimetálica más antigua en seguir circulando y la que más tiempo lleva en circulación (33 años). Además, fueron las primeras en emitirse con el alfabeto árabe.

En 1988 las piezas bimetálicas llegaron a Asia de la mano de Tailandia. Estas piezas tienen un anillo de cuproníquel y núcleo de bronce de aluminio y utilizan el alfabeto thai.

En el mismo 1988 se emite, por primera vez, una pieza con el borde externo dorado y el núcleo plateado. La Monnai de Paris acuñó la moneda de 10 Francos en la que no solo se innova invirtiendo las aleaciones (anillo de bronce de aluminio, núcleo de níquel) sino también en el proceso de acuñación. En este caso, primero se arma el cospel y después se acuña la moneda. Esta pieza tiene varias variantes de las que hablaremos en un futuro, y se emitió también en metales preciosos.

Por los acuerdos que tienen Francia y el Principado de Mónaco, en 1989 también se emitió una pieza de 10 Francos bimetálica para ese Estado.

Se ha conocido que Venezuela encargó un ensayo de una moneda de 20 Bolívares bimetálica con fecha 1989 que nunca llegó a circulación, pero hubo que esperar unos años más para que las monedas bimetálicas llegaran a América. Fue la Casa de Moneda de México la pionera acuñando no una moneda sino prácticamente un cono monetario entero para circulación. A partir de una reforma monetaria, se empezó a acuñar las monedas de 1, 2, 5 y 10 Nuevos Pesos a partir de 1992, y las de 20 y 50 Nuevos Pesos entre 1993 y 1995 en formato bimetálico. Las de valor facial N$1, N$2 y N$5 con anillo de acero y núcleo de bronce de aluminio, las de N$10 y N$20 con anillo de bronce de aluminio y núcleo de plata y las de N$50 con anillo de latón y núcleo de plata. Desde 1996 se cambió el nombre de la moneda de Nuevo Peso a Peso y se dejó de emitir los valores faciales de 20 y 50, y se reemplazó el núcleo de plata del valor de $10 por un núcleo de cuproníquel. Todas las piezas tienen el mismo anverso.

En 1994 las monedas bimetálicas llegaron a Oceanía. Tanto Australia como Nueva Zelanda emitieron ese año piezas bimetálicas. Si bien Australia ha seguido emitiendo piezas bimetálicas lo hace en metales preciosos, y Nueva Zelanda no volvió a emitir. Actualmente en Oceanía solo en Papúa Nueva Guinea circula una pieza bimetálica de 2 Kuna.

En 1992, diez años después de la aparición de la primera bimetálica, se produjo otro revuelo con la presentación de una pieza trimetálica. Se trata de la moneda de 20 Francos emitida por la Monaie de Paris. Si bien esta moneda resultó emblemática, no consiguió que se extendiera como modelo como sí lo hizo la moneda italiana, seguramente por una cuestión de costos.

Durante esta década también se comenzó a acuñar moneda bimetálica con la técnica inlay, que quiere decir encastre, y que refiere a un pedazo metal que se encastra sobre un cospel de otro metal. Esto implica que no hay anillo ni núcleo, sino una pieza encastrada que solo se puede apreciar en una de las caras de la moneda.

En los años noventa se produjo una gran expansión de las monedas bimetálicas y que ha continuado hasta nuestros días. En muchos países se extendió su uso gracias a que las monedas comunes de organizaciones supranacionales también tenían un valor facial bimetálico (como sucede con el Franco de África Occidental, el Franco del África Central y el Euro). Son más de cien los países que han emitido en algún momento alguna pieza bimetálica y a eso se le pueden sumar ensayos, monedas de fantasía, medallas y hasta fichas (token).

Recientemente se produjo una nueva innovación. En 2016 las cecas alemanas presentaron una nueva moneda de 5€ trimetálica con un anillo interior de polímero, mientras que Portugal presentaba una bimetálica con núcleo de acrílico. En el caso alemán se siguieron acuñando hasta el presente y se ha agregado una nueva serie en 2019 de trimetálicas con polímero en valor facial de 10€.

Como anunciaba el título, esto pretende ser una breve historia en donde se repasan algunos hitos importantes en la historia de este tipo de monedas. A medida que avancemos en las entradas iremos repasando algunos de estos momentos y agregando otros, e irán surgiendo nuevas innovaciones de las cuales intentaremos dar cuenta.

Fuentes:

*Las imágenes de las que no se aclara la fuente pertenecen a monedas de mi colección.