Sucre y las monedas bimetálicas de Ecuador

HOY se cumplen 190 años de la muerte del Mariscal Antonio José de Sucre (y este año también se cumplieron 225 años de su nacimiento), uno de los héroes de la independencia latinoamericana y prócer de Ecuador. Participó de la Independencia de la Gran Colombia (que incluye a la actual Venezuela, donde nació), Ecuador y Bolivia, y participando en la derrota final de las tropas españolas en territorio del Virreinato del Perú. Fue, además de Mariscal del Alto Perú y Gobernador del Perú, General en Jefe del Ejército de la Gran Colombia y llegó a Presidente de Bolivia, sucediendo al propio Simón Bolívar.

Durante 116 años, la moneda ecuatoriana llevó su nombre. En 1999, durante la presidencia de Jamil Mahuad Witt, y debido a una serie de causas a lo largo de varios años que incluyen un descontrol total del sector financiero, la guerra con Perú, la crisis de los tigres asiáticos, la caída del precio del petróleo y una catástrofe natural como el fenómeno meteorológico «El Niño», y ante la devaluación constante y desmesurada de la moneda, se decidió dolarizar la economía sustituyendo el Sucre por el dólar estadounidense, por lo que desde el año 2000 Ecuador solo emitió algunas monedas de «centavo de dólar ecuatoriano» para la circulación.

Las últimas monedas emitidas para circular fueron bimetálicas. Ya había sufrido la moneda una depreciación y tuvieron que emitir en valores muy superiores a los habituales de 100 y 500 Sucres en 1995, y de 1000 Sucres en 1996. La primera de estas monedas se emitió con motivo del bicentenario del nacimiento de Antonio José de Sucre. Es una moneda de 100 Sucres con anillo de acero recubierto de níquel y un anillo de acero recubierto de latón. Es la moneda bimetálica más pequeña emitida para circulación, y una de las más pequeñas jamás emitida, teniendo un diámetro de apenas 19 mm. Su peso es de 3,6 gr, tiene un canto estriado discontinuo y reverso moneda. En el anverso tiene el Escudo de Ecuador y en el reverso la efigie de Sucre con el lema «Bicentenario natalicio».

Ese mismo año se emitió una moneda de 500 Sucres con el lema «Reforma del Estado» -en referencia a una serie de reformas que se intentaban llevar a cabo en ese momento- con la efigie de Isidro Ayola, expresidente de Ecuador, en el reverso. El anverso, al igual que la moneda de 100 Sucres, lleva el Escudo de Ecuador. El anillo es de acero recubierto de níquel y el núcleo de acero recubierto de latón. El diámetro es de 21,5 mm y el peso de 5,4 gramos. El canto es estriado y el reverso es moneda.

La única de las seis monedas bimetálicas ecuatorianas que no es conmemorativa es la que emitieron en 1996 con el valor facial de 1000 Sucres. El anverso se corresponde con el de las monedas anteriores. En el reverso se puede ver la efigie de Eugenio Espejo, prócer de la independencia ecuatoriana. El anillo es de acero y el núcleo de latón. Su diámetro es de 23,5 mm, su peso de 6,65 gramos, su canto es estriado y el reverso moneda.

En 1997 Ecuador emite la primera serie en monedas bimetálicas en territorio americano. Se trata de la serie que conmemora los setenta años del Banco Central del Ecuador, emitida en los tres valores faciales arriba mencionados. Esta vez los anversos llevaron las efigies (las mismas que en las monedas anteriores para cada valor facial) y la leyenda conmemorativa con las fechas 1927-1997, y en los reversos solo quedó el valor facial expresado mucho más claramente que en las monedas anteriores, con el número ocupando todo el núcleo. La moneda de 100 Sucres se acuñó con un anillo de acero y un núcleo de latón, con un diámetro de 19 mm, un peso de 3,6 gramos, canto estriado y reverso moneda. La moneda de 500 Sucres se acuñó con un anillo de cuproníquel y un núcleo de bronce de aluminio, un diámetro de 21,5 mm, un peso de 5,75 gramos, canto estriado y reverso moneda. Por último, la moneda de 1000 Sucres se acuñó con un anillo de cuproníquel y un núcleo de bronce de aluminio, un diámetro de 23,5 mm, un peso de 7,19 gramos, canto estriado y reverso moneda. Estas dos últimas llevan la marca de ceca de Santiago de Chile.

Nótese la curiosidad de que no se decidió invertir los metales en ningún caso, algo muy habitual cuando se acuñan monedas bimetálicas en más de un valor facial.

Si bien estas monedas no son escasas ni caras, no son piezas que se ven habitualmente a la venta ya sea sueltas o las seis juntas. Tampoco aparecen en lotes de muchas monedas repetidas. Desconozco las razones, aunque, como digo, eso no afecta su valor ya que son muy asequibles.

*Todas las imágenes pertenecen a monedas de mi colección.